domingo, 25 de mayo de 2008

LOS ORDENADORES MUERTOS PROVOCAN EL AUMENTO DE TOXINAS EN ÁFRICA









Los puertos de África occidental reciben cada día miles de ordenadores desechados de Europa occidental y de los Estados Unidos que terminan en gigantes vertederos tóxicos donde los niños los desmontan para extraer metales a cambio de dinero y después se queman.
El desecho de la basura electrónica del mundo desarrollado contraviene de forma directa la legislación internacional y está provocando problemas graves de salud para los habitantes de los poblados que han surgido entre los montones humeantes de Lagos (Nigeria) y Accra (Ghana).
Las personas que realizan la campaña creen que algunos comerciantes de chatarra sin escrúpulos tiran de forma ilegal millones de toneladas de desechos peligrosos en el mundo en desarrollo bajo la excusa de exportarlos para su uso en escuelas y hospitales, y por ello se pide un mayor control de la prohibición de las exportaciones de desechos electrónicos que pueden liberar plomo, mercurio y otros productos químicos peligrosos.
Según explica Mike Anane, director de la Liga de periodistas medioambientales del país: «Ghana está convirtiéndose en un vertedero para los desechos de Europa y de los Estados Unidos. Las personas que abren los monitores me cuentan que sufren náuseas, cefaleas y problemas respiratorios».
A Lagos llegan cada mes más de medio millón de ordenadores, pero sólo una cuarta parte de ellos funciona; el resto se vende como chatarra, se machaca y se quema.
Según Luke Upchurch, de la organización Consumers International, que representa a más de 220 grupos de consumidores en 115 países, «millones de toneladas de desechos electrónicos desaparecen del mundo desarrollado cada año y, a pesar de las prohibiciones internacionales, continúan apareciendo en los países en desarrollo».
Lucrativo
El comercio ilegal en desechos electrónicos es muy lucrativo: se puede extraer más oro de una tonelada de circuitos electrónicos que de una tonelada de roca que contenga oro. Pero los vertidos ilegales están poniendo en peligro a organizaciones filantrópicas y otras organizaciones que donan equipos de segunda mano a los países en desarrollo.
Desde la entrada en vigor en 1992 de la prohibición de Basilea que ilegalizaba la exportación de desechos peligrosos desde los países desarrollados a los países en desarrollo, los ordenadores se han convertido en un artículo de uso cotidiano, pues consumidores y empresas cambian sus equipos cada vez más rápido y crean una nueva montaña de desechos.
Hace seis años, la UE elaboró la directiva sobre desechos de equipos eléctricos y electrónicos (conocidos como WEEE, por sus siglas en inglés), que introducía nuevos frenos y restricciones al movimiento de los desechos electrónicos. La directiva, que entró en vigor en Gran Bretaña en enero del año pasado, regula estrictamente el traslado de los desechos electrónicos para su reciclado y prohíbe su exportación para desecho. También introdujo un programa según el cual el coste del desecho adecuado de los equipos electrónicos que entren en el mercado después de agosto de 2005 correrá a cargo de los productores de dichos desechos, es decir, fabricantes, comerciantes, responsables de marca e importadores.
Pero DanWatch, una organización asociada de Consumers International, tiene pruebas de que los equipos informáticos de algunas empresas británicas, e incluso de algunos organismos públicos locales, están desechándose en África occidental.
«Hemos grabado a niños de hasta seis años de edad buscando trozos de metal en una tierra sembrada de los desechos tóxicos de miles de tubos catódicos hechos pedazos», afirma Benjamin Holst, cofundador de DanWatch. «En este entorno de gran toxicidad vive y trabaja una comunidad entera que crece día a día».
Los equipos informáticos en correcto estado de funcionamiento están exentos de las normas WEEE sobre exportación y, de hecho, las normas fomentan el reacondicionamiento y reutilización de los equipos informáticos. Pero no hay ningún programa que compruebe los equipos informáticos destinados a su reutilización antes de su envío al exterior.
La regulación de desechos en Inglaterra y Gales es potestad de la Agencia sobre el Medioambiente. «Nuestra postura es que la verdadera reutilización de equipos en buen estado suele ser algo bueno,» explica Adrian Harding, asesor de la agencia en cuestiones de política.
El problema radica en la frase «verdadera reutilización». Harding reconoce que la agencia carece de los recursos para comprobar cada envío destinado a reutilización en los países en desarrollo. Parte del problema es que ni siquiera es obligatorio notificar a la agencia sobre el movimiento de bienes para su reutilización, por lo que no sabría qué contenedores comprobar.
Una organización que ya se ha hecho famosa como proveedora legítima de ordenadores de segunda mano a los países en desarrollo es Computer Aid International, que celebra su décimo aniversario y que ha enviado más de 119 000 ordenadores a diferentes países, como Kenia y Chile.
La organización está registrada con la Agencia sobre el Medioambiente como una empresa oficial de tratamiento de desechos electrónicos, que envía a instalaciones de reciclaje especializadas en la Unión Europea todas las máquinas que no puede utilizar. El fundador Tony Roberts cree que el problema con las normas sobre desechos electrónicos ya existentes es que, fuera de la Unión Europea, no se requiere que el productor de los equipos informáticos pague su desecho correcto.
Sin escrúpulos
Sin este dinero, hay pocos incentivos para que las naciones en desarrollo comiencen a invertir en instalaciones de reciclaje adecuado. Como resultado, es probable que el problema de los desechos electrónicos aumente, no debido a la falta de escrúpulos de los exportadores europeos, sino al aumento de la cifra de ordenadores que está vendiéndose en los países en desarrollo.
«Cuando se observa la vida útil completa de un ordenador, el 75 % del daño medioambiental se produce antes de encender el ordenador por primera vez», señaló. «La producción, la minería, las empresas que producen el equipo y el uso de materiales tóxicos son los puntos donde radica el daño medioambiental. Por ello, si no hacemos responsable de estos problemas medioambientales al productor del equipo, nunca obtendremos un nuevo diseño de ordenadores, nunca podremos obtener ordenadores fabricados de modo más respetuoso con el medio ambiente.»
Una vez el equipo donado por Computer Aid termina su vida útil, la empresa intenta limitar el daño medioambiental provocado por su desecho. En Kenia, por ejemplo, está ayudando en la construcción de unas instalaciones de reciclaje a las que irán, no sólo sus propios equipos, sino también las máquinas estropeadas de todo el país. El proceso es básico, pero mejor que utilizar un vertedero, y las placas base vuelven a exportarse a Gran Bretaña.
Roberts explica: «El problema es que los productores no proporcionan fondo alguno en los mercados en desarrollo, donde venden millones de ordenadores, por lo que sencillamente necesitamos organizar fondos similares en todos los mercados.»
Es una petición que ha recogido Martin Hojsík, encargado de la campaña sobre tóxicos de Greenpeace International. «Queremos que los productores sean responsables de la recogida de sus equipos», explicó.
Esperamos que el coste mismo de tener que pagar el desecho de sus equipos informáticos, independientemente de dónde se vendan o se usen en todo el mundo, impulsará a los productores y al sector a fabricar máquinas más respetuosas con el medio ambiente.
Para terminar con rapidez con las escenas de niños pequeños rebuscando en los vertederos de desechos tóxicos de África, los organismos reguladores de Europa y, más importante, los consumidores y las empresas, deben responsabilizarse de los desechos de sus propios equipos informáticos.Articulo original: http://www.guardian.co.uk/environment/2008/may/06/waste.pollution
fuente : Richard Wray, publicado en Rebelión 22 Mayo 2008

1 comentario:

Lourdes dijo...

ME ENCANTA ESTE BLOG GUADY!!!!!