BENIJOS, DIFERENTES MIRADAs

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macizo de

Anaga

Macizo de Ánaga

África

Macizo montañoso situado a noreste de la isla de Tenerife, en las islas Canarias (España). Se encuentra en su totalidad dentro del parque rural de Anaga, de 14.419 ha, un paraje natural de gran belleza y poco frecuentado.

El macizo de Anaga es geológicamente una de las zonas más antiguas de la isla. Al haber sido territorio del reino guanche del Menceyato de Anaga, un gran número de los nombres de barrios y caseríos de la región conservan su origen guanche.
Buena parte de las montañas del macizo de Anaga se encuentran dentro del parque rural de Anaga, que con sus bosques en la zona de las cumbres, sus roquedales y acantilados, sus playas aisladas, sus islotes (Roques de Anaga, Roques de Almáciga y Benijos), su flora y su fauna (aves, reptiles e insectos), sus miradores desde los que se contemplan impresionantes paisajes de mar y montaña, como el pico del Inglés desde el que muchos días se puede ver la isla de Gran Canaria, o el Bailadero que recibe su nombre por haber sido un lugar de ceremonias guanches donde se celebraban especialmente los ritos para protegerse de la sequía, dan forma a un hermoso paraje natural al lado mismo de una aglomeración urbana de más de 300.000 habitantes.
El espacio protegido del parque rural de Anaga se sitúa al noreste de la isla de Tenerife, en la comunidad autónoma de Canarias. Creado en 1987 por el Gobierno de Canarias, su superficie (14.419 ha) se extiende por los municipios de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Tegueste, y ocupa por completo el macizo de Anaga. Cuenta con tres reservas naturales integrales: Ijuana, El Pijaral y Roques de Anaga. Cubierto de laurisilva, matorral, cardonal y bosque termófilo, su flora y fauna cuenta con numerosas especies endémicas.
El macizo está abierto a los alisios, por lo que no es extraño que sus laderas del norte y sus cumbres se cubran de nubes y brumas, mientras que las costas del lado sur y orientales se benefician de un mayor número de horas de sol. La humedad de los alisios permite la existencia de los bosques de Anaga, de sus brezales, helechos y laurisilva. El aire, en estas alturas de las montañas, puede ser frío.
Todavía era posible a principios del siglo XXI encontrar en una vereda a alguno de los pastores que aún quedan en Tenerife, con su tradicional manta a modo de capa, tal y como hacían los guanches, conduciendo un rebaño de cabras por los mismos senderos que aquéllos recorrieron siglos atrás.
Por estas montañas se puede disfrutar de hermosos lugares de gran interés natural y de excelentes paisajes, como Roques de Anaga, donde la erosión da lugar a formas caprichosas de cuyas entrañas emergen gran cantidad de restos arqueológicos. Una excursión interesante conduce al barranco de Las Huertas y cruza las montañas Anaga para ofrecer al excursionista una buena oportunidad de disfrutar de las sorprendentes vistas de los acantilados de la costa norte. A pesar de su gran belleza, las panorámicas montañas de Anaga han sido poco exploradas y los pequeños pueblos escondidos de la carretera principal ofrecen un genuino rincón de Tenerife. En estos pueblos aún es posible encontrar a sus pobladores viviendo en cuevas adaptadas y conservando algunas de sus ancestrales costumbres.
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BENIJOS




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La playa de Benijos es un paraiso de paz y tranquilidad, ya que poca gente la suele visitar y menos en epocas fuera del verano. Su potente oleaje y sus grandes roques le dan una belleza salvaje y muy pintoresca.