VIERNES, 04 DE JULIO DE 2008
Aumentan el número y la toxicidad de los vertidos en las costas canarias .
Aumentan el número y la toxicidad de los vertidos en las costas canarias .
En 2007 se detectaron hasta 208 vertidos ilegales.
G. MAESTRE, S/C de Tenerife
La publicación del informe "Destrucción a toda costa" de la organización ecologista Greenpeace ha sacado a la luz algunos datos que alertan de la "grave" contaminación marina que sufren las Islas debido, fundamentalmente, a los vertidos de las desaladoras, las depuradoras, la empresas petroleras y las industrias, a los que se unen numerosos vertidos ilegales.
"En el Archipiélago existen 208 puntos en los que se realizan importantes vertidos ilegales, como incluso ha reconocido el Gobierno de Canarias en un informe sobre esta materia.
Estos residuos se encuentran repartidos fundamentalmente entre Tenerife y Gran Canaria, con 59 y 51 puntos respectivamente, a los que habría que sumar aquellos que están autorizados pero sobre los que no se realizan los controles necesarios.
La cifra no para de aumentar y la situación es grave", señala la responsable de Greenpeace, María José Caballero, que además añade que "en las Islas hay empresas como Cepsa que han declarado en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes que vierten anualmente, a través de un emisario submarino, más de 5.500 toneladas de sustancias contaminantes, entre las que se encuentran fenoles, cloruros y sustancias peligrosas como hidrocarburos policíclicos o metales pesados. A ello se une el hecho preocupante de que estos vertidos los realizan a menos de 200 metros de la costa".
En este sentido, desde la organización ecologista se recuerda la peligrosidad del repostaje en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. "El número de escalas de buques con este propósito pasó de 385 buques en 2006 a 558 en 2007, y de 378.908 toneladas en 2006 a 457.702 en 2007. Asimismo, la planta de cogeneración, junto a la refinería de Santa Cruz de Tenerife, vierte directamente a la escollera donde se encuentra el pozo de captación de agua de mar".
En este sentido, desde la organización ecologista se recuerda la peligrosidad del repostaje en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife. "El número de escalas de buques con este propósito pasó de 385 buques en 2006 a 558 en 2007, y de 378.908 toneladas en 2006 a 457.702 en 2007. Asimismo, la planta de cogeneración, junto a la refinería de Santa Cruz de Tenerife, vierte directamente a la escollera donde se encuentra el pozo de captación de agua de mar".
Para finalizar, la responsable de Greenpeace señala que "es paradigmático que justamente en Canarias, una tierra que vive del turismo, se den estos graves problemas que afectan a la calidad del agua marina , hasta el punto de que en algunas zonas se han tenido que cerrar las playas al baño porque están contaminadas por metales pesados, residuos industriales e incluso bacterias fecales".
Tropelías urbanísticas
Además de la situación del mar, desde Greenpeace se hace hincapié en "las auténticas tropelías que se están cometiendo en primera línea de la costa, fundamentalmente en materia urbanística".
Así, recuerdan que "a pesar de la aprobación por parte del Parlamento de Canarias de una moratoria que supuestamente tendría que haber paralizado la construcción de más plantas hoteleras, la legislatura pasada se cerró con 3.600 nuevas camas turísticas. Lo peor ni siquiera es eso, sino que hay planificadas otras 17.000 y 13.000 en La Gomera y La Palma, respectivamente". En este sentido, alertan de que "lo lobbys empresariales están ganando la batalla al sentido común y hacen que aumente la oferta turística cuando la demanda está en descenso".
Así, ejemplifican este dato diciendo que "en Canarias hay 22 campos de golf cuando sólo el 1,1% de los visitantes hacen uso de estas infraestructuras".
Para finalizar, Caballero sentencia que "mientras el desarrollo de la franja litoral siga parámetros tan insostenibles como los de ahora, no habrá agua para abastecer a los visitantes, y tampoco para los residentes".
Para finalizar, Caballero sentencia que "mientras el desarrollo de la franja litoral siga parámetros tan insostenibles como los de ahora, no habrá agua para abastecer a los visitantes, y tampoco para los residentes".
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